Hay quien dice que nadie pasó más vergüenza que muchos de los agentes, de los que tienen al menos dos dedos de frente, que la mañana de este jueves se hicieron 'fuertes' en las inmediaciones de la Estación Marítima de Santa Cruz, armados con todo el material antidisturbios, porque -ojo al dato- Ben Magec-Ecologistas en Acción habían convocado una rueda de prensa para hablar de la proliferación indiscriminada de proyectos de puertos deportivos en Tenerife.
Cuando los cinco miembros de Ben Magec llegaron al lugar, armados con unos folios y un plano, no sólo no se dieron por aludidos por la ingente cantidad de policías y de guardias civiles que había desplegados en la zona sino que, sin duda, se imaginaron que algún barco cargado con miles de toneladas de cocaína estaba a punto de llegar al puerto, lo que les jodería la rueda de prensa que habían programado.
Nada más alejado de la realidad. Domingo Medina, que es el que asesora a la Delegación del Gobierno en estas cosas -y que como se sabe tiene muchos de sus negocios en el suelo público de las instalaciones portuarias- había oído algo de 'ecologistas', 'puertos deportivos' y convocatoria a media mañana y, ni corto ni perezoso, desplegó a todos los efectivos disponibles para reprimir cualquier acto que pudiese poner en cuestión algún asunto relacionado con puertos, negocios oscuros y demás.
El primer ecologista que llegó, el amigo Fran, fue abordado por dos policías nacionales que procedieron a registrarlo y a pedirles toda la documentación que llevaba. Cuando la policía se dio cuenta del ridículo tan espantoso -aunque muchos de los responsables políticos de estos cuerpos no tienen la más mínima vergüenza- se mantuvieron a cierta distancia mientras el protagonismo lo tomaban las tropas de Suárez Terror -el que apareció en unos papeles como perceptor de comisiones por la construcción de puertos deportivos de éstos- para echar a los ecologistas de un espacio público, de libre acceso para todo el mundo, menos para estas cinco personas. El espacio no es otro que la calle que pasa sobre la Estación Marítima en la mismísima Avenida de Anaga.
Claro que o estos tipos son unos belillos integrales o manejan una información más propia de comentarios de barra de taberna. Aunque también cabe la posibilidad de que en Tenerife no exista delincuencia alguna y tengan disponibilidad de medios como para hacerle perder el tiempo estúpidamente a 30 hombres como castillos que cobran de nuestros impuestos, se supone, para que se dediquen a perseguir el crimen y a protegernos.
Foro contra la Incineración
Cuando los cinco miembros de Ben Magec llegaron al lugar, armados con unos folios y un plano, no sólo no se dieron por aludidos por la ingente cantidad de policías y de guardias civiles que había desplegados en la zona sino que, sin duda, se imaginaron que algún barco cargado con miles de toneladas de cocaína estaba a punto de llegar al puerto, lo que les jodería la rueda de prensa que habían programado.
Nada más alejado de la realidad. Domingo Medina, que es el que asesora a la Delegación del Gobierno en estas cosas -y que como se sabe tiene muchos de sus negocios en el suelo público de las instalaciones portuarias- había oído algo de 'ecologistas', 'puertos deportivos' y convocatoria a media mañana y, ni corto ni perezoso, desplegó a todos los efectivos disponibles para reprimir cualquier acto que pudiese poner en cuestión algún asunto relacionado con puertos, negocios oscuros y demás.
El primer ecologista que llegó, el amigo Fran, fue abordado por dos policías nacionales que procedieron a registrarlo y a pedirles toda la documentación que llevaba. Cuando la policía se dio cuenta del ridículo tan espantoso -aunque muchos de los responsables políticos de estos cuerpos no tienen la más mínima vergüenza- se mantuvieron a cierta distancia mientras el protagonismo lo tomaban las tropas de Suárez Terror -el que apareció en unos papeles como perceptor de comisiones por la construcción de puertos deportivos de éstos- para echar a los ecologistas de un espacio público, de libre acceso para todo el mundo, menos para estas cinco personas. El espacio no es otro que la calle que pasa sobre la Estación Marítima en la mismísima Avenida de Anaga.
Claro que o estos tipos son unos belillos integrales o manejan una información más propia de comentarios de barra de taberna. Aunque también cabe la posibilidad de que en Tenerife no exista delincuencia alguna y tengan disponibilidad de medios como para hacerle perder el tiempo estúpidamente a 30 hombres como castillos que cobran de nuestros impuestos, se supone, para que se dediquen a perseguir el crimen y a protegernos.
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