Esther Sarraute y las O.N.G.'s

Aunque la exconcejala del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Esther Sarraute ha fallecido, mientras se mantenga en Youtube, su ilustre video sobre las ONG, seguirá presidiendo la entrada éste blog, como recuerdo a los personajes que se cuelan en nuestras instituciones gracias a las listas cerradas y a los presuntos "tejemanejes" que se dan dentro de los partidos polítcos españoles.

martes, octubre 02, 2007

Presentación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife

Hoy martes a las 20:30 horas se presenta en Sala San Borondón de La Laguna la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife, presidida por Mercedes Pérez Schwartz, que estará acompañada por el secretario de la Asociación, Agapito de la Cruz Franco, el investigador Alfredo Mederos y Balbina Sosa, en representación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas.

Hace exactamente un año la Sala organizó un debate sobre la Recuperación de la Memoria Histórica, en el que particiaron el profesor Mederos y la ex-senadora Swchartz. En aquel momento se subrayó la necesidad de poner en marcha una entidad similar a las creadas en Gran Canaria y La Palma, para saldar una deuda histórica después de 70 años de ignominia, y buscar los restos de tantos desaparecidos en Tenerife.

Mercedes Pérez Schartz es nieta del último alcalde democrático, republicano de Santa Cruz de Tenerife: José Carlos Schwartz, que fue desaparecido en la fosa de Las Cañadas del Teide, después de ser detenido el mismo 18 de julio de 1936 y conducido al Castillo de Paso Alto, destino de concentración de muchos otros presos políticos. Sin acusación alguna. “Mi abuelo era abogado. El haber sido alcalde republicano, gobernador civil y abogado defensor de los juicios de Hermigua, en los que varios vecinos habían sido acusados de haber matado a dos guardias civiles, fueron suficientes para quedar señalado”. Después de incontables humillaciones, incluido el saqueo de su casa familiar, el 2 de octubre de 1936 desaparece.

Éste es uno de los casos de mayor impacto, pero tan solo en la isla de Tenerife hubo, según el experto Alfredo Mederos, 68 fusilamientos tras consejo de guerra (documentados entre 1936 y 1940), pero quedan por descubrir los ejecutados al margen de los cauces oficiales. El cementerio de San Juan, en La Laguna sirvió de fosa común junto con la de Las Cañadas. Muchos fueron arrojados al mar, por la zona de San Andrés, introducidos en un saco, con una piedra que facilitaba su hundimiento.

Las víctimas eran anarquistas, socialistas y comunistas, republicanos y masones que sufrieron muerte y cárcel, torturas y represalias... muchos de esos trabajadores estaban afiliados a sindicatos, como la CNT que había adquirido un auge muy importante en la capital tinerfeña, y la UGT, con más peso en el norte de Tenerife.

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El hallazgo en el municipio palmero de Fuencaliente de varios cadáveres probablemente del denominado grupo los trece de Fuencaliente, asesinados de un tiro en la cabeza por las brigadas del amanecer, abre esperanzas para muchas familias que aún ignoran el paradero de algunos de sus miembros, desaparecidos en aquellas fechas posteriores al alzamiento militar. El próximo noviembre se cumple el primer año de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma, cuyos integrantes continúan la búsqueda de sus desaparecidos.

Esther R. Medina, desde Fuencaliente, escribía en septiembre del pasado año: Son cadáveres que parecen clamar justicia, que gritan a voces que por fin se ha descubierto la infamia. Tienen las cuencas oculares llenas de tierra y expresiones de un terror extremo. La muerte les llegó a edad temprana; por defender un gobierno legalmente establecido. No cometieron ningún delito, pero fueron apresados y ejecutados sin compasión por los represores de la dictadura franquista; individuos ebrios de rencor a los que no les temblaba el pulso a la hora de apretar el gatillo. De nada sirvió que los represaliados expresaran su inocencia. Un disparo en la cabeza y unas espuertas de tierra sepultaron para siempre sus ilusiones y las de sus familias.

Revista Digital San Borondón