Quizás me esté poniendo un tanto pesado con el tema de la privatización/chanchullo/robo de Emmasa, pero es lo que hay, máxime cuando los humanos concretamente estamos compuestos por hasta un 70% de Agua, y lógicamente, el Agua es esencial para nuestra vida y es un bien que nunca debe estar en manos de especuladores privados.
En la prensa de hoy, quiero destacar un dos de artículos de opinión que como siempre, no tienen desperdicio. Evidentemente son artículos contrarios a la privatización de Emmasa, pero quien quiera leer aquéllos que son favorables a dicho chanchullo, pues que los busque, que para eso hay un invento maravilloso llamado Google News.
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El Día
Domingo, 11 Septiembre 2005
Desde Dentro Ricardo Peytaví
Emmasa
TENGO MOTIVOS PARA SUPONER, sin necesidad de ser excesivamente imaginativo, que la constitución de la Mesa del Agua de Santa Cruz no le ha sentado bien a más de uno. De forma particular estoy pensando en Guillermo Núñez, portavoz de CC en el Ayuntamiento capitalino, concejal de Hacienda y profesor universitario de reconocido prestigio. Llevado por cierto afán de exactitud, debería incluir en la lista de los disgustados al propio alcalde Zerolo, aunque Núñez es el único que ha defendido hasta ahora, y con público ahínco, la privatización de Emmasa. La empresa del agua, ya se sabe. Un asunto, en cualquier caso, que ha propiciado no sólo la constitución del citado foro, sino también una petición del PNC para que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias suspenda, de forma cautelar, el proceso iniciado por el alcalde y sus concejales para enajenar esta sociedad pública.
En principio, como absolutamente creyente en la iniciativa privada, nunca podría parecerme mal que Emmasa cambiase de manos en el sentido que se pretende. Al menos durante 25 años, período previsto para que la dirijan gerentes ajenos al Ayuntamiento. No hay que ir demasiado lejos para encontrar buenos ejemplos de ineficaces empresas públicas. Emmasa, en cambio, es de las pocas sociedades con capital público que funciona bien: presta un servicio adecuado a los vecinos, genera beneficios e incluso ha costeado con recursos propios el inmueble donde ubica sus oficinas. Prescindiendo de rodeos, Emmasa es todo un mirlo blanco. ¿Por qué venderla entonces?
En esencia, porque quienes mandan en el Ayuntamiento de Santa Cruz -CC con mayoría absoluta y el PP de telonero para defender esos asuntillos, inevitables en cualquier Corporación, que Zerolo prefiere endosarle a los concejales de la solícita Tavío-, se han dado cuenta de que en los barrios les quedan muchas obras por hacer si no quieren verse sin tener qué mostrar cuando se celebren nuevas elecciones, dentro de veinte meses más o menos. Y las obras, claro está, cuestan dinero; bastante más de lo que se obtendrá por la venta de Emmasa.
Planteada la trama de esta forma, uno hasta podría decir amén. Hay, sin embargo, algunos puntos difíciles de entender. Por ejemplo, tanto apuro por concluir el proceso cuanto antes. Algo que Guigou y Guimerá, junto con Odalys Padrón -los concejales del PNC-, critican día sí, día también. La prisa está en que las elecciones se acercan -lo recordé hace un momento- y el tiempo se acaba. En cualquier caso, resulta curioso que se pretenda realizar en veinte meses lo que no se ha hecho en las casi dos décadas que llevan los nacionalistas de CC en el Ayuntamiento de Santa Cruz, aunque bajo distintas siglas. Interesante es recordar que Manuel Hermoso fue, en su día, un alcalde de UCD. Estas carreras recuerdan, en definitiva, a los alumnos que pretenden asimilar toda una asignatura la noche previa al examen. Algo cuya imposibilidad debería conocer un docente avezado como Núñez.
Lo peor -para los nacionalistas, entiéndase así- es que, tanto con la venta de la empresa aguadora como sin ella, CC tiene difícil el aprobado de la mayoría absoluta en Santa Cruz. Aunque acaso todavía sea un tanto pronto para los vaticinios. Si el Gobierno de Aznar cayó en cuatro días, imagínense lo que puede suceder en veinte meses.
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El Día
Tierra Baja Ángel Isidro Guimerá Gil
La Mesa del Agua
JUAN ALFREDO AMIGÓ fue ejemplo de honradez, de equilibrio y moderación, de buenas maneras y eficacia. Dirigió magistralmente, y con el aplauso de los habitantes de Santa Cruz, los destinos de Enmasa. Recientemente el Ayuntamiento de Santa Cruz ha acordado, con toda justicia, dar su nombre a una calle de la ciudad. A cambio tira su obra, su mejor obra, por el barranco de la destrucción. Sencillamente, la vende.
El Ayuntamiento quiere hacer un negocio con el agua. La venta de Enmasa y su privatización son ya un escándalo. Nadie se explica en Santa Cruz que los rectores municipales se desprendan caprichosamente de una empresa rentable y emblemática. Esa venta, de consumarse, vamos a pagarla todos los que vivimos en Santa a través del recibo del agua y durante veinticinco años.
Por eso, ante tamaño atropello, se constituyó el viernes pasado la Mesa del Agua. Una mesa que, respaldada por miles de ciudadanos en otras ciudades españolas, ha conseguido frenar los procesos de privatización. También, y ante las múltiples irregularidades jurídicas obrantes en el expediente, se ha interpuesto por nuestro grupo municipal nacionalista (PNC), un recurso contencioso-administrativo contra el acuerdo de la mayoría gobernante.
La Mesa del Agua está radicalmente en contra de la privatización del agua en general, y de Enmasa en particular. Son muchos los argumentos que se manejan en contra de la privatización del agua. El agua como un recurso limitado, irremplazable y esencial para la vida, no debe estar en manos del sector privado ya que éste nunca abarataría sus costos, ni propiciaría su ahorro, ya que ello iría contra su propia razón de ser que es precisamente la obtención de beneficios.
La Organización de las Naciones Unidas e infinidad de organismos, asociaciones y foros constituidos, han llegado a la conclusión de su escasez en el futuro, precisando que para el año 2025, más de 600 ciudades con más de un millón de habitantes tendrán una necesidad vital de agua potable y más de 4.000 millones de habitantes de este planeta padecerán el estrés hídrico.
Siempre el control del agua ha generado intereses de poder, pero en la actualidad, se constata un especial prisa del sector privado por el control del mismo, estando en el punto de mira de sus intereses especulativos, y siendo un bien codiciado, ante la expectativa de generar una rentabilidad a corto, medio y largo plazo, ya que el que tenga el poder sobre el agua tendrá también el poder sobre la vida.
Las experiencias de las privatizaciones del agua en el mundo son nefastas. Solo a vía de ejemplo, en Francia donde la distribución del agua potable está en manos de tres grandes multinacionales, su precio no ha parado de incrementarse. El aumento ha sido de más de un 50%. En París ha aumentado un 154% y en la ciudad de Grenoble su precio se ha triplicado.
¿Cómo el equipo de gobierno municipal, cuando apenas faltan veinte meses para expirar su mandato, se atreve a hipotecar nuestra agua y economía por 25 años, sin ni tan siquiera haber dicho nada en su programa y campaña electoral? ¿Qué clase de tomadura de pelo es ésta al pueblo de Santa Cruz?
Para intentar evitar este abuso y atropello ha nacido en Santa Cruz la Mesa del Agua.
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¡¡AMÉN!!
En la prensa de hoy, quiero destacar un dos de artículos de opinión que como siempre, no tienen desperdicio. Evidentemente son artículos contrarios a la privatización de Emmasa, pero quien quiera leer aquéllos que son favorables a dicho chanchullo, pues que los busque, que para eso hay un invento maravilloso llamado Google News.
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El Día
Domingo, 11 Septiembre 2005
Desde Dentro Ricardo Peytaví
Emmasa
TENGO MOTIVOS PARA SUPONER, sin necesidad de ser excesivamente imaginativo, que la constitución de la Mesa del Agua de Santa Cruz no le ha sentado bien a más de uno. De forma particular estoy pensando en Guillermo Núñez, portavoz de CC en el Ayuntamiento capitalino, concejal de Hacienda y profesor universitario de reconocido prestigio. Llevado por cierto afán de exactitud, debería incluir en la lista de los disgustados al propio alcalde Zerolo, aunque Núñez es el único que ha defendido hasta ahora, y con público ahínco, la privatización de Emmasa. La empresa del agua, ya se sabe. Un asunto, en cualquier caso, que ha propiciado no sólo la constitución del citado foro, sino también una petición del PNC para que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias suspenda, de forma cautelar, el proceso iniciado por el alcalde y sus concejales para enajenar esta sociedad pública.
En principio, como absolutamente creyente en la iniciativa privada, nunca podría parecerme mal que Emmasa cambiase de manos en el sentido que se pretende. Al menos durante 25 años, período previsto para que la dirijan gerentes ajenos al Ayuntamiento. No hay que ir demasiado lejos para encontrar buenos ejemplos de ineficaces empresas públicas. Emmasa, en cambio, es de las pocas sociedades con capital público que funciona bien: presta un servicio adecuado a los vecinos, genera beneficios e incluso ha costeado con recursos propios el inmueble donde ubica sus oficinas. Prescindiendo de rodeos, Emmasa es todo un mirlo blanco. ¿Por qué venderla entonces?
En esencia, porque quienes mandan en el Ayuntamiento de Santa Cruz -CC con mayoría absoluta y el PP de telonero para defender esos asuntillos, inevitables en cualquier Corporación, que Zerolo prefiere endosarle a los concejales de la solícita Tavío-, se han dado cuenta de que en los barrios les quedan muchas obras por hacer si no quieren verse sin tener qué mostrar cuando se celebren nuevas elecciones, dentro de veinte meses más o menos. Y las obras, claro está, cuestan dinero; bastante más de lo que se obtendrá por la venta de Emmasa.
Planteada la trama de esta forma, uno hasta podría decir amén. Hay, sin embargo, algunos puntos difíciles de entender. Por ejemplo, tanto apuro por concluir el proceso cuanto antes. Algo que Guigou y Guimerá, junto con Odalys Padrón -los concejales del PNC-, critican día sí, día también. La prisa está en que las elecciones se acercan -lo recordé hace un momento- y el tiempo se acaba. En cualquier caso, resulta curioso que se pretenda realizar en veinte meses lo que no se ha hecho en las casi dos décadas que llevan los nacionalistas de CC en el Ayuntamiento de Santa Cruz, aunque bajo distintas siglas. Interesante es recordar que Manuel Hermoso fue, en su día, un alcalde de UCD. Estas carreras recuerdan, en definitiva, a los alumnos que pretenden asimilar toda una asignatura la noche previa al examen. Algo cuya imposibilidad debería conocer un docente avezado como Núñez.
Lo peor -para los nacionalistas, entiéndase así- es que, tanto con la venta de la empresa aguadora como sin ella, CC tiene difícil el aprobado de la mayoría absoluta en Santa Cruz. Aunque acaso todavía sea un tanto pronto para los vaticinios. Si el Gobierno de Aznar cayó en cuatro días, imagínense lo que puede suceder en veinte meses.
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El Día
Tierra Baja Ángel Isidro Guimerá Gil
La Mesa del Agua
JUAN ALFREDO AMIGÓ fue ejemplo de honradez, de equilibrio y moderación, de buenas maneras y eficacia. Dirigió magistralmente, y con el aplauso de los habitantes de Santa Cruz, los destinos de Enmasa. Recientemente el Ayuntamiento de Santa Cruz ha acordado, con toda justicia, dar su nombre a una calle de la ciudad. A cambio tira su obra, su mejor obra, por el barranco de la destrucción. Sencillamente, la vende.
El Ayuntamiento quiere hacer un negocio con el agua. La venta de Enmasa y su privatización son ya un escándalo. Nadie se explica en Santa Cruz que los rectores municipales se desprendan caprichosamente de una empresa rentable y emblemática. Esa venta, de consumarse, vamos a pagarla todos los que vivimos en Santa a través del recibo del agua y durante veinticinco años.
Por eso, ante tamaño atropello, se constituyó el viernes pasado la Mesa del Agua. Una mesa que, respaldada por miles de ciudadanos en otras ciudades españolas, ha conseguido frenar los procesos de privatización. También, y ante las múltiples irregularidades jurídicas obrantes en el expediente, se ha interpuesto por nuestro grupo municipal nacionalista (PNC), un recurso contencioso-administrativo contra el acuerdo de la mayoría gobernante.
La Mesa del Agua está radicalmente en contra de la privatización del agua en general, y de Enmasa en particular. Son muchos los argumentos que se manejan en contra de la privatización del agua. El agua como un recurso limitado, irremplazable y esencial para la vida, no debe estar en manos del sector privado ya que éste nunca abarataría sus costos, ni propiciaría su ahorro, ya que ello iría contra su propia razón de ser que es precisamente la obtención de beneficios.
La Organización de las Naciones Unidas e infinidad de organismos, asociaciones y foros constituidos, han llegado a la conclusión de su escasez en el futuro, precisando que para el año 2025, más de 600 ciudades con más de un millón de habitantes tendrán una necesidad vital de agua potable y más de 4.000 millones de habitantes de este planeta padecerán el estrés hídrico.
Siempre el control del agua ha generado intereses de poder, pero en la actualidad, se constata un especial prisa del sector privado por el control del mismo, estando en el punto de mira de sus intereses especulativos, y siendo un bien codiciado, ante la expectativa de generar una rentabilidad a corto, medio y largo plazo, ya que el que tenga el poder sobre el agua tendrá también el poder sobre la vida.
Las experiencias de las privatizaciones del agua en el mundo son nefastas. Solo a vía de ejemplo, en Francia donde la distribución del agua potable está en manos de tres grandes multinacionales, su precio no ha parado de incrementarse. El aumento ha sido de más de un 50%. En París ha aumentado un 154% y en la ciudad de Grenoble su precio se ha triplicado.
¿Cómo el equipo de gobierno municipal, cuando apenas faltan veinte meses para expirar su mandato, se atreve a hipotecar nuestra agua y economía por 25 años, sin ni tan siquiera haber dicho nada en su programa y campaña electoral? ¿Qué clase de tomadura de pelo es ésta al pueblo de Santa Cruz?
Para intentar evitar este abuso y atropello ha nacido en Santa Cruz la Mesa del Agua.
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¡¡AMÉN!!
